La ultraderechista Meloni declara la guerra a los pobres al retirarles la Renta Garantizada a más de 169.000 familias italianas. Y es que Italia está sufriendo las primeras consecuencias de un gobierno fascista que defiende exclusivamente los intereses de los ricos y que discrimina a los más vulnerables.

En total, 2,1 millones de personas en riesgo de exclusión social percibían la Renta Garantizada en Italia, ahora todas ellas corren el peligro de perder esa ayuda que les permitía vivir dignamente y tener ingresos todos los meses. Se trata de una decisión que puede destrozar la vida de cientos de miles de italianos e italianas cuyo único pecado es proceder de familia humilde y no encontrar trabajo.

Aunque Giorgia Meloni asegura que retira esta ayuda social para que la gente no rechace ningún trabajo y no sea una carga para el Estado, esto es algo totalmente falso, ya que el pleno empleo no existe y es imposible de lograrlo para ningún país del mundo, incluido Estados Unidos. Lo que persigue más bien, con la ayuda de la patronal de la hostelería y del campo, es explotar a los más pobres y que se vean obligados a trabajar en condiciones deplorables, con jornadas intensivas y sueldos precarios, algo que va contra la dignidad humana y los derechos de la clase trabajadora.

La ayuda a la ciudadanía es el equivalente al Ingreso Mínimo Vital en Italia, y supone unos ingresos de 780 euros al mes a sus beneficiarios, los cuales, sin duda, ayudan a la gente que carece de recursos a poder llevar un nivel de vida aceptable. Todo lo que sea reducir la pobreza y la desigualdad social está recogido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, que tanta alergia y rechazo les producen a los ultraderechistas de Vox en España y de Fratelli d'Italia, el partido de la presidenta actual de la República Italiana.

Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU

Actualmente, Italia va en el sentido contrario de la Unión Europea, que pretende ser inclusiva, dar igualdad de oportunidades para todas las ciudadanas y ciudadanos europeos, abordar el problema del cambio climático, llevar a cabo políticas verdes y, en definitiva, avanzar para tener una Europa más moderna e igualitaria. Esto, por supuesto, no entra en los planes de los únicos países que están gobernados por la extrema derecha, como Hungría, Polonia e Italia.

Además, cabe mencionar que en 2022, 4 países de la UE firmaron a favor de la Renta Básica Incondicional: Eslovenia, España, Alemania e Italia. Meloni, al retirar la ayuda a la ciudadanía, actúa en contra de la voluntad de la sociedad italiana que está a favor de un ingreso que asegure vivir dignamente a todos sin excepción, independientemente de si proceden de cuna humilde o adinerada.

Conviene recordar que en Italia los gobiernos suelen ser efímeros, algunos no llegan ni al año de duración, no es de extrañar que los pobres que dejen de percibir ingresos con los cuales sobrevivir se manifiesten masivamente y eso suponga una crisis en el Gobierno de Meloni, pues si por algo se caracterizan los italianos es por no aceptar políticas injustas en contra de la clase trabajadora. Al menos, en el pasado así lo han demostrado con hechos, pero ahora con la propaganda fascista en los medios, incluso en la RAI, donde intentan dar mala imagen a la Renta Garantizada, asegurando que la cobra mucha gente en situación irregular, no sabemos cuánto tardarán en mandar a la extrema derecha a la oposición y apoyar otro Gobierno más democrático y acorde con los valores de la Unión Europea.

Miles de personas del sur de Italia, la zona más pobre del país transalpino, se van a quedar sin los ingresos que les permitían llevar una vida decente. Otra cosa que se debería tener en cuenta es el peligro real que existe de que la desesperación de las personas que se queden sin dinero y sin trabajo conduzca a que se vean obligadas a hacer cosas deshonestas para sobrevivir. La Renta Garantizada, aparte de mejorar la vida de la gente, también es muy eficaz para evitar la delincuencia y la explotación y trata de personas, y precisamente en el sur de Italia de todos es sabido que hay mafias, con lo cual no parece muy buena idea que el Estado les retire las ayudas, pues se puede crear un doble problema y no se soluciona absolutamente nada.

No permitamos que los retrógrados e inhumanos de la extrema derecha lleguen a gobernar nunca este país, por suerte el 23J así lo expresaron en las urnas los españoles y españolas con su rechazo a las mentiras de Feijóo y las políticas antisociales de Vox, pero no hay que bajar la guardia, pues la propaganda fascista y bulos de los medios de derechas van en aumento y han hecho mella en demasiada gente.

En Italia, por ejemplo, hasta la televisión pública está mostrando cada vez más una línea editorial fascista al servicio de su presidenta, aunque también es cierto que quedan aún medios y artistas que siguen diciendo verdades y la dejan en el sitio que le corresponde.

Está claro que la extrema derecha aspira a que la gente humilde sea una mera mercancía para los poderosos, que les proporcione mano de obra barata y cada vez más beneficios a costa de eliminar los derechos sociales y laborales de la gente, que es lo que les impide conseguir sus desmedidas e inhumanas ambiciones.

La ultraderechista Meloni le declara la guerra a los pobres al retirarles la Renta Garantizada, pero la clase trabajadora italiana tiene la oportunidad de demostrar que no va a ceder a chantajes de la extrema derecha y debe meter ruido para defender sus derechos laborales y sociales, y elevar sus protestas ante la Unión Europea para reivindicar la Renta Básica Incondicional, que llegaría a toda la gente de la UE, gobernase quien gobernase en cada país. En eso deberíamos ponernos de acuerdo todos los países democráticos europeos.