La presidenta de la Comunidad de Madrid ha justificado este jueves, en la Asamblea de Madrid, en su contestación a la representante de Más Madrid, Manuela Bergerot, que no se trasladara a los residentes enfermos con COVID a hospitales, porque se iban a morir igual.

Isabel Díaz Ayuso y su Gobierno de la CAM acumula más de 150 denuncias y querellas abiertas de asociaciones que defienden los derechos de los residentes, así como de familiares de ancianos que perdieron la vida en residencias madrileñas de forma indigna, aunque la Justicia, hasta ahora ha archivado todas ellas pese a las pruebas evidentes de los protocolos de la vergüenza aplicados en la primera oleada de la pandemia de COVID, que este jueves ha reconocido la propia presidenta madrileña.

Manuela Berregot, portavoz de Más Madrid, ha recordado durante su intervención en el pleno celebrado el 15 de febrero, en la Asamblea de Madrid, cómo el Gobierno de Ayuso dejó morir a miles de personas negándoles asistencia sanitaria y, por tanto, su derecho a continuar con vida. Además, ha afeado a la política del Partido Popular que esté intentando ocultar las actas policiales que han salido a la luz recientemente en las que se relata la situación de indefensión total que vivieron tanto pacientes como trabajadores en las residencias madrileñas. "Los familiares que perdieron a seres queridos en las residencias no están solos, la ciudadanía madrileña los apoya, y que más pronto que tarde habrá justicia", concluyó la representante del grupo parlamentario de la oposición en la Comunidad de Madrid.

Por su parte, la presidenta de la CAM ha respondido que la oposición habla "con total inhumanidad, sin importarle la verdad ni las víctimas de la pandemia". Además, ha sacado pecho por su gestión de la pandemia, que considera ejemplar comparada con las decisiones que se tomaron desde el Gobierno de España.

Manuela Berregot y Ayuso se enfrentan por la gestión del Gobierno de la CAM de las residencias. Fuente: RTVE

Pero lo más llamativo del discurso de la presidenta de la Comunidad de Madrid fue lo que dijo, o más bien confesó a continuación, tras reconocer que su Gobierno tomó el mando de la situación en las residencias: "Había muertos en todas partes, en las casas, en los hospitales, en las residencias, todo estaba colapsado. Mucha gente mayor, cuando iba a los hospitales, también fallecía, porque cuando una persona mayor está gravemente enferma de COVID, con la carga viral que había entonces, no se salvaba nadie, en ningún sitio".

Estas palabras dejan más tocada aún sin cabe a Isabel Díaz Ayuso, ya que se trata de una prueba más de que fue ella, según ha afirmado en la Asamblea de Madrid, al frente del Gobierno de la CAM, quien decidió que se llevaran a cabo los protocolos de la vergüenza que dejaron sin derecho a recibir asistencia sanitaria a 7291 personas mayores vulnerables que fueron sentenciadas a muerte durante lo peor de la pandemia de COVID, en 2020.

En un país en el que todas las personas se supone que tienen los mismos derechos y deberes, entre ellos el derecho a vivir dignamente y el deber de socorrer a quienes estén en peligro de muerte, no son justificables, dignas ni humanas las palabras de Isabel Díaz Ayuso, asegurando que se vetó el traslado de los residentes enfermos de COVID a los hospitales, porque se morían igual. Es un asunto de justicia, no de ideología política, el que se trata aquí, pues entre esos 7291 fallecidos, seguro que había personas y familias afectadas de distintas maneras de pensar. Lástima que algunos jueces no lo vean así y protejan a quienes son de su misma ideología política.