Aunque llega un poco tarde, la Unión Europea ha logrado un acuerdo trascendental sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza, una pieza central del Pacto Verde Europeo, que además supone un duro revés para los negacionistas del cambio climático.
Acuerdo histórico sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza
Con el 80% de los sistemas europeos excesivamente deteriorados era de vital importancia una ley vinculante para cuidar y proteger el medio ambiente en el continente europeo. El acuerdo, alcanzado entre la Eurocámara, el Consejo de la UE y la Comisión Europea, establece la recuperación del 20% de los hábitats deteriorados para 2030 y la totalidad para 2050.
La Ley de Restauración de la Naturaleza es una pieza central del Pacto Verde Europeo, que finalmente ha salido adelante a pesar de la oposición inicial del Partido Popular (PP) y la extrema derecha, que hicieron todo lo posible por tumbarla, como es habitual entre los negacionistas climáticos, que nunca reconocen la suma importancia que tiene en la vida del ser humano y en la conservación del planeta proteger los entornos naturales para regular el clima y evitar desastres naturales, los cuales suceden cada vez con más frecuencia en cualquier lugar del mundo.
Los populares, por un lado, aseguraban que la ley pone en peligro la seguridad alimentaria, obliga a los campesinos a ceder parte de sus tierras para preservar la biodiversidad y compromete el despliegue de infraestructuras de energías renovables, mientras que la ultraderecha habla de fanatismo climático y se opone a la aprobación de dicha ley.
Por su parte, el eurodiputado socialista y vicepresidente de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, César Luena, se congratula del acuerdo alcanzado para aprobar la nueva Ley de Restauración de la Naturaleza: "Hemos demostrado un compromiso 100% con la naturaleza, la biodiversidad, que es absolutamente compatible con la defensa de otros sectores".
Detalles del acuerdo y desafíos superados
Se trata, no obstante, de una ley, según los ecologistas, con algunas lagunas, ya que falta más control. "No se mide si una restauración se ha llevado a cabo con éxito o sin él, sino que se mide si se ha empezado a hacer o no una restauración de un ecosistema", declara Celia Ojeda, representante de Greenpeace.
Celia Ojeda, representante del área de Biodiversidad de Greenpeace España, en el Telediario de RTVE
Otro de los puntos polémicos es la agricultura, ya que los expertos ven imprescindible la restauración de algunas tierras dedicadas a cultivos.
La ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, lideró las negociaciones, destacando la importancia de restaurar no sólo la vida natural, sino también servicios económicos y sociales, lo cual "impacta en el bienestar de las personas y en la viabilidad de la mayor parte de nuestras actividades, incluida la seguridad alimentaria", apuntó Ribera tras el acuerdo.
La Ley de Restauración de la Naturaleza, propuesta en diciembre de 2022 por la Comisión Europea, busca reparar al menos el 20% de los ecosistemas terrestres y marinos degradados para 2030, con metas vinculantes. El acuerdo incluye priorizar la restauración de espacios de la red Natura 2000 hasta 2030, requisitos específicos para abordar la disminución de polinizadores, y objetivos como la restauración del 30% de turberas para uso agrícola.
Obstáculos políticos y perspectivas futuras
La negociación tuvo obstáculos políticos, especialmente con el líder del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, quien la utilizó contra la agenda verde de la Comisión para intentar ganarse el voto agrícola, acercándose peligrosamente a la posición de la ultraderecha.
Aunque la Eurocámara logró salvar el texto por estrecho margen, se introdujeron enmiendas que redujeron la ambición inicial. Finalmente, la restauración priorizará los espacios de la Red Natura 2000, y se espera que la Comisión presente informes financieros para garantizar los recursos necesarios.
Pese a las tensiones políticas, la UE ha superado los obstáculos para abordar la degradación de los ecosistemas y combatir el cambio climático. Y eso siempre es una buena noticia. La ratificación por parte de los 27 países miembros y la Eurocámara se convierte ahora en el siguiente paso crucial para que salga adelante este acuerdo.
Se pone de manifiesto, por tanto, el compromiso conjunto de la UE para enfrentar los desafíos ambientales y avanzar hacia un futuro más sostenible. También supone el fracaso de las políticas populistas de negacionismo climático del PPE y de la extrema derecha europea, puesto que el resultado de las votaciones fue el siguiente: 336 votos a favor, 300 en contra y 13 abstenciones. Cabe mencionar, como dato curioso, que 21 de los 178 europarlamentarios del PPE rompieron la disciplina de voto y apoyaron la iniciativa.
Esperemos que la nueva Ley de Restauración de la Naturaleza cumpla sus objetivos, tanto en 2030 como en 2050, cuando se prevé recuperar la totalidad de los ecosistemas terrestres y marinos dañados, pese a la oposición de la ultraderecha y el Partido Popular Europeo.